Comencé a trabajar en la empresa Polymer a los 19 años con la cual laboré por 42 años. Yo venía de un pueblo que era por excelencia sindicalista, Puerto Armuelles, donde funcionaba la Chiquita Brands, así que desde la época de estudiante me agité en la lucha de los trabajadores, yo traía el germen del sindicalismo en la sangre y cuando llegué a Panamá, a la capital, no dudé en formar parte del sindicato que se comenzaba a formar en la empresa en la década del 70.

En ese entonces yo también militaba en la Federación de Estudiantes de Panamá, en la izquierda tradicional, a pesar de que en Panamá producto del proceso revolucionario, la Federación de Estudiantes de Panamá apoyó al General Omar Torrijos.  Desde que entré, nunca más he salido del movimiento sindical, pude haber hecho carrera en la empresa, pero decidí siempre hacer carrera en el movimiento sindical.

Como al año y medio de ser parte del Sindicato, fui electo Subsecretario de Defensa y Trabajo del Sindicato Industrial de Trabajadores de Productos Plásticos (SITPPLAS), sindicato que nosotros organizamos en la década del 70.

Inicialmente fuimos afiliados de la Fendepetrosid (Federación Nacional de Trabajadores Petroleros, de servicios industriales diversos), afiliada a la CTRP, en la cual había una cantidad de compañeros dirigentes, ya formados en la CTRP.

En el último período en que fue reelecto Phillip Dean Butcher como Secretario General de la CTRP, Luis Anderson llega a formar parte de ese Comité Ejecutivo, provenía de los trabajadores organizados del Canal, que estaban afiliados a la central americana AFL-CIO.

En el siguiente Congreso, Anderson es electo Secretario General de la CTRP, nosotros lo apoyamos aun cuando representaba una manera de pensar diferente a quienes no éramos trabajadores del Canal de Panamá. Yo entré como Subsecretario de Organización, y el compañero Pablo Arosemena llegó a formar parte de su Comité Ejecutivo.

El mandato de Anderson al frente de la CTRP fue corto (no llegó a completar el período de 1981-1983), ya que se le designó Viceministro de Trabajo, luego se le presentó la oportunidad de alcanzar la Secretaría General de la ORIT. Pero ese mandato tampoco lo termina porque se le nombró Ministro de Trabajo, en dónde se desempeñó por cinco meses.

A Anderson se le eligió nuevamente en la Secretaría General de la ORIT luego de la renuncia del Secretario General, Ismario González, de nacionalidad venezolana.  Yo continué alrededor de un año como Subsecretario de Organización de la CTRP hasta completar el período que faltaba.

Fue en esos años en que más relación tuvimos, especialmente cuando llegué a la Secretaría General de la CTRP en la década del noventa. Yo salí electo directivo de CIOSL con el apoyo de los compañeros de Centroamérica y República Dominicana. Por Centroamérica estaba Mariano Negrón y mi persona, y por Suramérica había otros dirigentes.  Así que nosotros siempre estuvimos con Anderson en las reuniones de CIOSL en Bruselas y en las reuniones del Comité Ejecutivo de la ORIT y manteníamos una relación de respeto.

Lo acompañé en el proceso de unificación de las centrales sindicales que dio como resultado final la creación de la CSI y CSA y participaba en reuniones con Anderson cada vez que íbamos a Bruselas, así como en las conversaciones con la CMT que era la otra central socialcristiana. Nos reunimos en Bruselas varias veces, una  en Venezuela y  otra aquí en Panamá, luego yo salí de CIOSL.

Las reuniones con la CMT eran muy informales, no había documento escrito, solo conversaciones, pero si había el interés de la unificación. Posteriormente me imagino que llegaron a un acuerdo y redactaron algún tipo de documento, el cual dió como resultado la creación de la CSI, pero ya yo no estaba en el mundo sindical de la CIOSL.

Recuerdo muchas anécdotas de Anderson, como por ejemplo cuando se lanzó a Secretario General de la CIOSL, para lo  que contaba con el apoyo de  algunas organizaciones sindicales europeas, entre esas la CISL de Italia, así como de  la Confederación de Sindicatos Europeos, de la cual Emilio Gabaglio era el Secretario General, incluso el propio Bill Doherty, del Instituto Americano para el Desarrollo del Sindicalismo Libre (IADSL) quien, a pesar de la situación de los norteamericanos dentro de la CIOSL, apoyó a Anderson. Yo recuerdo que  Doherty me dijo que “nosotros apoyamos mucho a la CTRP en Panamá, pero esto se trata de otra cosa, Anderson es nuestro candidato también”. Pero para el momento de la elección parece que alguien influyó en algunos de los sindicatos europeos y definitivamente le restaron el apoyo a Anderson, que no logró los votos para el cargo que aspiraba.

Siempre participé en muchas de sus actividades y tuve conocimiento, inclusive cuando le ofrecieron a Anderson la subdirección General de la OIT, cuando el chileno Juan Somavía era el Director General. Anderson no la aceptó y prefirió quedarse trabajando  en el sindicalismo de las  Américas.

Las discusiones con Anderson al  principio eran ideológicas, ya que se veía a la CTRP como una confederación pronorteamericana pero después cuando uno comenzaba a conocer el movimiento sindical se daba cuenta que no lo era, nosotros como CTRP no estábamos afiliados a la AFL/CIO, nosotros éramos parte de la CIOSL, a diferencia de los sindicatos canaleros que eran parte de la AFL/CIO y todavía hasta el día de hoy forman parte y algunos sindicatos tienen relación con la AFL/CIO. Basta recordar que Phillip Dean Butcher era del Local 900 y Luis Anderson del Local 907, ambos representativos de los trabajadores del Canal.

Tanto el Local 900 como el Local 907 pertenecían a la Federación Nacional de Trabajadores Democráticos (FNTD), que era una de las organizaciones más fuertes de la Confederación, eso les permitió llegar a ser secretarios generales, porque las otras organizaciones a pesar de que eran representativas de trabajadores del comercio y de la industria, no tenían la fuerza necesaria para ello.

Parte de nuestras discusiones con Anderson se relacionaban con la preocupación porque volteara más la mirada hacia Centroamérica, cuya dirigencia  nos  sentíamos como la parte más débil del continente. Siempre lo apoyamos a pesar de que a veces teníamos esa lucha.

Durante su tiempo en la ORIT, lo vimos convertirse en un verdadero líder con aceptación en todos lados, en los sindicatos europeos, latinoamericanos, caribeños y, sobre todo, los sudamericanos. Era un hombre que caía bien, y había conseguido un gran respeto en todos los planos ideológicos.  Fuimos testigos de un proceso en el cual Anderson dejó de ser el dirigente del Canal para pasar a ser un dirigente reconocido internacionalmente.

Nunca dejó de lado sus orígenes sindicales. Le gustaba jugar dominó en la CRTP y después en el restaurante que quedaba enfrente. Yo no era asiduo al dominó, me gustaba más el  jaibol y  la conversación, pero siempre estuvimos allí, de vez en cuando jugué, pero perdía porque a Anderson no le gustaba perder. Había que dejarlo ganar.  Incluso cuando era ministro y viceministro, él iba a jugar dominó allí, como a las cinco  de la tarde.

Recuerdo que con Anderson nosotros nos reunimos muchas veces en México, en Caracas y en Panamá. Yo era directivo de la ORIT, pero ahora no soy miembro ni de la CSA, ni de la CSI, bueno la vida es así. Yo estaba con Anderson en Panamá, en la casa de su hermano Pancho, el día que  el comandante Marcos y los zapatistas tomaron el poder en Chiapas.  lo que motivó  su gran preocupación.

Yo no tuve problemas con Anderson, las discusiones eran normales de posiciones, una de un lado, otra del otro, porque cada uno  piensa que las cosas se deben hacer a su manera, pero finalmente en la CTRP logramos fortalecer a la organización. Con todo y los problemas, la CTRP fue hasta la década de los 90, una de las organizaciones más organizadas, con mucha fuerza en el país.

Nosotros nos peleábamos con Butcher y con Anderson, pero nunca nos fuimos de la CTRP, siempre nos quedamos ahí, peleando con ellos, hasta que finalmente cuando Anderson llegaba, Anderson nos recogía a todos los peleones y nos metía en la misma bolsa. En 1999 salí de la CTRP para crear la Confederación UGT, que nos llevó varios años consolidarla, y recién en el 2002 obtuvo su registro legal.

Las relaciones con Anderson se mantuvieron en sus visitas a Panamá hasta su fallecimiento. Estuve presente en su entierro.

Aniano Pinzón, Panamá. Septiembre, 2018.

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