El 11 de marzo de 2004 en la sede de la Confederación de Trabajadores de Colombia, CTC, me ha correspondido el honroso honor de expresar, junto con el compañero Apecides Alvis, unas cortas palabras, en homenaje póstumo, a quien el 15 de noviembre del 2003, partió de este mundo, en momentos en que se aprestaba a participar en la movilización contra el ALCA que se llevó a cabo en Miami.

Luis Anderson nació el 9 de febrero de 1941 en la ciudad de Colón, República de Panamá y dedicó toda su vida a la causa de los trabajadores, razón por la que ese día, le expresamos nuestro reconocimiento y asumimos sus enseñanzas como un legado histórico.

Para la Central Unitaria de Trabajadores CUT, la pérdida del compañero Luis Anderson fue un sentido golpe, ya que su amistad, solidaridad y orientación fueron esenciales para superar los difíciles momentos por los que a veces pasamos y que necesitan la voz de la experiencia para superarlos. Ese fue para nosotros Luis Anderson, el compañero, el amigo y el confidente, quien nos acogió como parte de su familia sindical, abriéndonos las puertas fraternales de la ORIT y acogiéndonos prácticamente como filiales sin serlos.

Su generosidad fue grande. Supo con magistral inteligencia ubicar los intereses de los trabajadores por encima de cualquier otra consideración, inclusive rebasando las fronteras de la afiliación sindical.

En el editorial de la revista número 18 de la ORIT-CIOSL, el compañero Luis Anderson nos reafirmaba la vigencia del salario mínimo y nos orientaba la lucha sin descanso para impedir que cundiera la pretensión de los empresarios por abolirlo.

Decía Luis: «El principio, imbuido de una filosofía de justicia y equidad, sobre la cual se basaron las políticas de salario mínimo en América Latina y en otros países del mundo en desarrollo, parece haber fenecido. Funcionarios tanto del Banco Mundial como del Fondo Monetario Internacional y más cerca de nosotros, el Banco Interamericano de desarrollo, argumentan en contra de la existencia de dichas políticas y concretamente señalan que la existencia del salario mínimo es un obstáculo a la creación de empleos y a la tan mentada atracción de inversiones.»

«Nuestra experiencia y creencia, alejada de la hipótesis que sostiene que el mercado lo resuelve todo, y estando más cerca del problema que los académicos e intelectuales que asesoran a las Instituciones Financieras, es que el salario mínim es una de las redes sociales indispensables. Sin ella, el deterioro social y el de los índices de desarrollo humano serían considerablemente peores.»

La afirmación del compañero Luis Anderson,  denunciando la política de los organismos financieros multilaterales de eliminar el salario mínimo,  la sentimos en Colombia al firmarse el acuerdo sobre lo pertinente el 12 de diciembre del 2003, por las tres centrales sindicales y la confederación de pensionados, porque los áulicos del FMI y del BM,  pusieron el grito en lo alto argumentando que un aumento por encima de la inflación ahuyentaba la inversión extranjera y que acordar temas de control de precios era contravenir las leyes del mercado.

Bueno compañero Luis, la concertación lograda a propósito del salario mínimo nos permitió impulsar los Acuerdos Sociales Regionales con los alcaldes y gobernadores que tengan criterios sociales y que concretaremos sobre los siguientes ejes:

De Concertación para el Compromiso Social: Implica el acompañamiento de toda la política social coincidente con nuestros postulados, para contribuir a la materialización de estos. Mayor cobertura y calidad en educación y salud. Mejoramiento del empleo e implementación de una real política deportiva, amén del desarrollo de vivienda de interés social. Aquí es preciso hacer esfuerzos por concretar acuerdos humanitarios entendidos en todo su contexto.

De Concertación Descentralizada: Apunta a desarrollar los  acuerdos adicionales al  salario mínimo y que se relacionan con tarifas de servicios públicos para los estratos 1 y 2, control de precios de la canasta familiar básica, canasta educativa, zapato escolar popular, cuaderno escolar popular, sudadera escolar popular, educación pública gratuita, dotación de libros a las bibliotecas de escuelas y colegios públicos, carnetización de estudiantes menores de 18 años y  personas mayores de 60 años para subvencionarlos en el transporte público y en el ingreso a museos y actividades culturales, vigilancia al cumplimientos del salario mínimo, entre otros.

De Concertación para la Contratación Colectiva: Buscamos la presentación de pliegos únicos que conduzcan a la firma de Acuerdos Marcos Estatales, que incluyan la implementación de la carrera administrativa, aumento salarial, desarrollo de los convenios de la OIT 154, 87, 98 y 151, así como la ley 411 de 1997 y la situación de los maestros. Los trabajadores oficiales afianzarán la contratación colectiva, hoy prácticamente desaparecida.

Aspiramos a firmar por lo menos 500 Acuerdos Sociales Regionales, y una vez concretados, convocaremos un evento nacional con dichas autoridades civiles, para presionar un Gran Acuerdo Nacional que, desde lo local permita definir puntos sobre ALCA, deuda, libertades ciudadanas, modelo económico y solución política y negociada al conflicto armado.

Por ahora le comento que la Gran Coalición Democrática, la que derrotó al gobierno frente al referendo neoliberal, sigue con vida y fortaleza. Su autoridad le permitió convocar un Encuentro Nacional de Organizaciones Sociales y Políticas, que tiene un carácter Amplio, Participativo, Deliberativo y representativo.

Quienes integramos la Gran Coalición Democrática, hemos entendido que la hora presente nos llama a unirnos en un haz de voluntades, deponiendo divergencias, porque el espíritu sectario es una expresión particular de una ideología uniformadora y hegemonista, profundamente alérgica a la diversidad y por consiguiente al compartir.

Recordemos que el sectarismo ve al otro como un rival, o como » algo » que puede ser utilizado para sus propios fines; el sectarismo quiere conquistar todo el poder para él, porque considera que sólo él tiene la verdad; por principio, los otros son, en el mejor de los casos, quienes se hallan » manipulados por el enemigo”. El espíritu sectario es expresión de muerte en el ámbito de la vida.

Por ello, la perspectiva de unificación de las fuerzas democráticas no puede ser considerada como una cuestión de «táctica”. Los frentes políticos que se constituyen sobre la base del apetito hegemonista de cada partido están condenados de antemano al desmoronamiento, a luchas intestinas implacables y, en últimas, a la esterilidad.

La construcción de una coalición capaz de acoger a todos los demócratas, vengan de donde vinieren, es ante todo el bosquejo histórico de un nuevo espíritu unitario, basado en el reconocimiento del otro, la solidaridad y la común responsabilidad. Es ejercicio de un pluralismo de nuevo tipo, fundado en un proyecto de justicia social y libertad, en donde los más pequeños tienen la posibilidad de existir, de expresarse y de participar en la toma de decisiones políticas; es, por consiguiente, la prefiguración de una institucionalidad alternativa.

Amigo Anderson, este trabajo unitario es producto de su sueño, que Apecides y yo asumimos con responsabilidad y que hoy ponemos a su consideración. Se me olvidaba decirte que es tal la coherencia con la CTC, que ya no sé si nos llamamos Central Unitaria de Trabajadores o Central de Trabajadores de Colombia. De todas maneras, échenos una manita para poder gritar a los cuatro vientos que su sueño se hizo realidad y que pronto nos asumiremos como Central de Trabajadores de Colombia CTC.

Quisiera comentarte muchas cosas más, pero aquí el tiempo apremia. Por ahora deseo expresarle a este generoso auditorio que ha venido a saludarte, las palabras que escribiste en julio de 1996 en la presentación del libro diálogo norte sur:

«Mi gratitud al movimiento sindical, que me ha dado muchas satisfacciones a lo largo de mis más de treinta años de militancia, tal vez la mayor de ellas la de haber tenido la oportunidad de conocer entre sus filas a mujeres y hombres que luchan y trabajan diariamente en diferentes regiones del mundo, con mística y convicción, por la justicia, la libertad y la dignidad de la persona humana.»

Estas son las remembranzas que expresé sobre Luis Anderson, hace 14 años en la CTC de Colombia y que mantienen su vigencia y que acompañan su legado.

Carlos Rodríguez, Colombia, Septiembre 20 de 2018.

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