A mediado de los años ochenta en Chile recuerdo haber conocido personalmente a Luis Anderson, en una cena que fuimos invitados dirigentes chilenos de la época , en una visita de esas medias clandestinas, en medio de la lucha por recuperar la democracia en  tenía yo 26 años presidia el Sindicato del Banco en que trabajaba, la Confederación Bancaria y me integraba recién al Comando Nacional de Trabajadores que condujo e ese periodo al Movimiento Sindical Chileno para fortalecerlo  y  profundizar nuestra lucha en contra de la Dictadura.

En esa pequeña cena lo recuerdo como si fuera ayer, efectivamente un tipo alto de voz ronca de claro acento caribeño, en ese tiempo un mechón blanco y su mirada profunda. Para aquel tiempo habíamos asumido rápidamente cargos de dirección nacional del movimiento sindical.

Es exactamente en el momento que lo recuerdo llegando a Chile, habían transcurrido las primeras protestas, que saco a miles de chilenos a las calles, pero al mismo tiempo hacíamos un gran esfuerzo por producir un Unidad orgánica del movimiento sindical que permitiera ser más eficaces en nuestra tarea.

Los primeros pasos de Luis con Jhonny Van der Veeken primero y luego Enzo Friso, como Secretario General de la CIOSL, más allá de la lucha que libraba en todo el continente ponían un gran esfuerzo en Chile, primero para lograr la unidad del movimiento sindical y desde ahí colocar en el mundo también no solo la solidaridad política, sino que también del movimiento sindical mundial en favor de nuestra tragedia.

Momentos muy difíciles, que arriesgó su vida por cierto no solo en Chile, pero en particular en un momento decisivo para la lucha que llevábamos, fue entonces que en ese momento se creó el Comité de Coordinación y Enlace de la Organizaciones que veíamos con mucho acercamiento a la CIOSL, desde allí en muchos seminarios y talleres tanto en Chile, como en el extranjero organizados por la Orit y la Ciosl.

Desde ahí en adelante fue marcando nuestro acercamiento a los principios y valores que ya promulgaba la CIOSL a nivel mundial y la ORIT a la cabeza con Luis Anderson iba plasmando en nuestra realidad de la Américas, y particularmente en el Cono Sur, donde como sabemos existía una fuerte resistencia de la ORIT, por cuanto se le culpaba de ser un aparato de la CIA de posición anticomunista.

Podríamos hacer mucha historia al respecto, pero lo concreto que en ese momento eso eran los epítetos y los ataque tanto de la Izquierda más dura y en el resto del Cono Sur , en ese contexto y no siendo yo un militante de izquierda, tuve la suerte de encontrarnos como humanista cristiano, con un hermano, un hermano mayor no solo por nuestra diferencia de edad, sino que por el respeto y el aprecio que siempre sentí  desde que nos conocimos, pero hay algo que es mayor aun, lo que aprendí del como líder sindical, como persona y como ser humano yo diría que desde ese momento él siempre me respaldo y apoyo como dirigente sindical y persona.

Me abrió incluso mayores espacios dentro del propio movimiento sindical chileno , que no era fácil con tremendos y valientes dirigentes teníamos en esa época en Chile, sino que también abrió espacios en el campos sindical internacional, todo ese apoyo sin duda que me dio mucha fuerza para continuar en una tarea que por cierto no fue fácil con la Dictadura de Pinochet, como con todas las dictaduras en el mundo, al mismo tiempo ocurría en  Polonia con Walesa, tremenda historia de un hermano mayor como Luis Anderson que a esas alturas, él ya era un líder mundial.

Talvez los momentos más tensos fueron precisamente al final de la dictadura, el encarcelamiento de Manuel Bustos, recién fundada la CUT en Agosto de 1988, habíamos convocado a una Huelga General en Octubre de 1987 y Manuel  es relegado al Sur del país, me toca asumir como Vicepresidente y encargado de las Relaciones Internacionales, la Presidencia Subrogante de la CUT a los 27 años de edad en un momento de máxima tensión, enfrentar el Plebiscito de Octubre de 1988, en el que derrotamos al Dictador  con un lápiz un papel.

Quizás fue el momento de mayor apoyo que sentí de Luis Anderson, porque a pesar de mi juventud y sin duda mi falta de experiencia política sindical, no fue fácil para mí, sobrellevar la complejidad del liderazgo en momento de mucha tensión intensa también, porque al igual de lo que ocurría en muchas partes, por una parte en Chile mediante un plebiscito derrotábamos al Dictador, caía también el muro de Berlín, que habría también un mayor debate en el campos sindical mundial.

Mientras eso ocurría, en Chile lográbamos recuperar la democracia y elegir un Presidente democrático para Chile Don Patricio Aylwin Azocar y con eso la discusión de la propuesta del movimiento sindical para la transición y a partir de ahí un nuevo proceso de replanteamiento en el movimiento sindical chileno respecto del futuro, entre otros nuestra afiliación a la CIOSL/ORIT que fue un duro debate en Chile.

Para ser claro fue para mí un momento muy tenso y agotador que me llevó finalmente a plantearme la necesidad de dar un paso al costado en el movimiento sindical, ahí fue entonces ese mágico momento en que Luis Anderson, junto a otros dirigentes sindicales internacionales, como Luigi Cal y Giuseppe Iuliano de la Cisl de Italia, el propio Gerardo Castillo, me plantean, la idea pasar a  formar parte de este proceso de ampliación de equipos en la nueva ORIT.

Debo decir que también no fue fácil la decisión, traslado a Ciudad de México con la familia, en medio de un proceso de reconstrucción de nuestro país después de la dictadura en Chile, pero finalmente todas las condiciones finalmente se dieron, las más importante el apoyo de Luis Anderson que junto a otros importantes dirigentes del movimiento sindical internacional se la jugaron.

A partir de mi llegada a Ciudad de México a Vallarta N°8 tercer piso sede de la CTM, mi vida cambio y mucho. Sin descanso pero con mucha mística y apoyo Luis me fue respaldando en toda y cada una de esas nuevas tareas que debí asumir.  Sin duda que muchas desconocidas para mí y debo ser también en algunas con mucha honestidad, no estuve a la altura probablemente que Luis requería, pero siempre las cosas las hablamos muy directamente y mirándonos a los ojos, me parece que Gerardo Castillo lo relata muy bien y por supuesto que de toda esa etapa, Luis me entregó todo su apoyo.

Siempre tuvimos el o los momentos para a veces discutir nuestras diferencias de manera coloquial o a veces muy fuertes, pero nunca con falta a nuestro compañerismo, sin duda que nuestras diferencias  en lo político sindical, no recuerdo a ver tenido alguna diferencia por cuanto cuando me invita a participar del proyecto de la nueva ORIT.

En Chile ya lo habíamos discutido con su presencia y de otros compañeros. Tantos Luigi Cal, Manolo Bonmatti, Enzo Frizo, todos los que nombra Gerardo en su espacio, gran grupo humano, que frente a la fortaleza del Liderazgo de Luis, esa ORIT se escuchó en todo el planeta, una obra extraordinaria.

Siempre la agradecí a Luis la oportunidad que me dio de acompañarlo en ese periodo de la nueva ORIT. Luego a mi regreso a Chile, mi contacto fue permanente y nos volvimos a encontrar en distintos eventos sindicales o con organismos multilaterales, que por ese tiempo se hicieron muchas actividades.

A mi regreso a Chile, retomado el ámbito sindical nacional, un debate muy fuerte respecto de los procesos de integración y particularmente el caso Chileno con el Acuerdo de Libre Comercio entre EEUU y Chile, ahí estuvo Luis nuevamente apoyando y produciendo una discusión de fondo respecto del particular procesos Chileno, sin duda que Luis fue una gran contribución en esa discusión, por cuanto era un álgido debate en el resto del continente.

Podría seguir con mucho cariño recordando a ese gran dirigente, no solo por su altura, sino que por su tesón y liderazgo, la última vez estuvimos en Caracas, en una reunión Internacional de Solidaridad con el ataque que recibía la CTV, la valentía de Luis en su discurso y la firmeza de reclamar más democracia, no cabe duda que se sintió con fuerza en ese encuentro de Solidaridad.

Luego los abrazos, bromas y cariño cuando nos despedimos, en Caracas… días después, en la Catedral de Panamá … con todo cariño en su despedida…la “Canción con todos” …salgo a caminar por la cintura cósmica del Sur…… un abrazo y un cariño de hermano…fuiste de los grandes.. Un abrazo en dóndes estés y especialmente un gran homenaje a su mujer Deus…y sus niños por su aporte y sacrificio que hicieron como   familia, para que el mundo pudiera contar con un Líder como Luis.

Diego Olivier Olivares Aravena, Chile. Santiago, Septiembre 2018

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