En 1988 entré a trabajar a la CIOSL/ORIT como Director Adjunto de Educación a propuesta de Gerardo Castillo Hernández y por referencia de Leonard Mertens; mi primer encuentro con Luis Anderson fue breve y directo, en la entrevista que me hizo para ingresar.

Durante los casi 5 años que duré trabajando en la CIOSL/ORIT tuve la oportunidad de conocerlo, fue un dirigente sindical de talla mundial; jefe y compañero de trabajo; y amigo, que tuvo palabras de aliento en los momentos difíciles.

Puedo decir con absoluta certeza que más allá de su presencia inolvidable por su tamaño,  voz grave, su color, impecable arreglo, trato directo, humor, franqueza y cordialidad, él sobresale por los valores de su actuación diaria que evidenciaban: lealtad, solidaridad, compromiso, integridad, sinceridad, análisis crítico, vocación de servicio y dedicación incansable al trabajo, ya fuera en la oficina o en las múltiples misiones de trabajo que lo llevaban indistintamente a los países de América y Europa fundamentalmente.

De la misma manera, puedo señalar que no he visto en el mundo sindical mejor dúo que el que integraron Luis Anderson y Gerardo Castillo, eran analíticos, críticos, articuladores, estrategas, combativos con argumentos, eficientes gestores y constructores de sólidas relaciones humanas. En su relación, con la dirigencia del movimiento obrero generaban confianza, lealtad y compromiso de trabajo para asumir el cambio de un sindicalismo gremialista al sindicalismo sociopolítico independiente y autónomo.

Gerardo Castillo presentó a Luis a varios profesionales comprometidos con la lucha democrática y sindical, los cuales con su trabajo desinteresado en lo económico o de estatus fueron ganando la confianza, reconocimiento y aprecio de Luis.

Todos los que tuvimos la oportunidad de laborar con él reconocimos su cultura de trabajo, exigencia por desarrollar nuestras funciones no sólo con responsabilidad y entrega, sino también, con la calidad y esmero que las organizaciones sindicales merecían, pues como él lo señalaba con frecuencia, a ellas nos debíamos.

Reconozco en la personalidad de Luis varios atributos, que son difíciles de encontrar en una sola persona:

  • Trabajar en equipo en múltiples campos. Él con su liderazgo conducía e interactuaba con el equipo de trabajo.[1] Fue un férreo defensor de los derechos humanos de los trabajadores y líderes sindicales, a quienes se agredía por su labor y con independencia de que fueran afiliados o no a la CIOSL/ORIT; de la democracia y la soberanía; critico contumaz de las políticas neoliberales y privatizaciones de los servicios públicos; combatiente activo en contra de la deuda externa por su ilegitimidad y usura de las IFI´s; crítico de la flexibilización laboral por su impacto en la precarización del empleo e inseguridad socio laboral; impulsor de la seguridad social y oponente de la privatización de las pensiones y la seguridad social en general; promotor de la integración económica; impulsor de las políticas de formación profesional y del empleo con derechos ante la reestructuración productiva que se abría como consecuencia de la tercera revolución científico-tecnológica; impulsor convencido de la educación sindical, luchador en contra de la explotación infantil, militante convencido de la igualdad de género y la participación de juventud trabajadora; revelador de la responsabilidad que las grandes empresas y economías de los países desarrollados tienen con la población mundial, por la degradación ambiental; y, mucho más.
  • Promotor de la autosuficiencia financiera de las organizaciones sindicales. Él estaba convencido de que una forma de ganar la independencia y autonomía de las afiliadas, dependía, en mucho, de la capacidad de autofinanciamiento. En esa dirección reivindicó ante la CIOSL un mayor aporte financiero a la ORIT, pues su contribución era incluso inferior a la otorgada a la oficina de representación la CIOSL en Ginebra; de la misma manera, logró con la nueva política sindical atraer la cooperación internacional de organizaciones sindicales de Italia, España, Israelí, nórdicas, Canadá y de los Países Bajos, que sirvieron como palanca para afianzar el sindicalismo sociopolítico y promover el autofinanciamiento de las organizaciones afiliadas.
  • Negociador hábil para lograr el equilibrio de los intereses de las grandes e influyentes centrales del continente, con el de las pequeñas organizaciones de Centroamérica y El Caribe, él siempre decía que la CIOSL/ORIT era tan fuerte como la más débil de sus afiliadas.
  • Promotor del crecimiento sindical. Durante su mandato la CIOSL/ORIT creció en forma geométrica por su política sindical, lucha en pro de los derechos humanos y valoración de su liderazgo. Algunas de las centrales sindicales que en ese período se afiliaron fueron la CGT-RA de Argentina, la CUT y Forza Sindical en Brasil, la CUT de Chile, la CTRN de Costa Rica, la CUT de Perú, y otras más.
  • Comunicador nato. Durante su mandato se relanzó la publicación periódica de la CIOSL/ORIT, se multiplicaron las publicaciones que promovían la igualdad de género, los derechos humanos, el reconocimiento de los derechos de los trabajadores de la economía informal, entre otras; de la misma manera, él fue frecuente entrevistado durante sus misiones. Se caracterizó porque en los países que visitaba nunca dejó de reunirse y convivir con los miembros de los comités ejecutivos de las organizaciones sindicales afiliadas y fraternales.
  • Guía en el proceso de transición sindical, que esa etapa histórica marcó el fin de la guerra fría, el cambio de la hegemonía bipolar a la multipolar; y, la recuperación de la democracia en los países de América Latina.
  • Impulsor del empoderamiento sindical de las mujeres, para generar ese cambio estructural se reformó el estatuto de la CIOSL/ORIT, a fin de establecer que al menos un miembro del Consejo Ejecutivo fuera una mujer, instituyó el Departamento de la Mujer Trabajadora, lo dotó de recursos y de un programa continental que tenía como objetivo impulsar el cambio en las estructuras sindicales en las que aún no se generaba un espacio propio para la lucha en contra de la discriminación por razones de género, pues en ese tiempo sólo el 3% de la dirigencia lo ejercían las mujeres.
  • Promotor de la inclusión en el mundo sindical de los y las trabajadoras de la economía informal, delineó un programa de trabajo en el que un eje articulador fue el reconocimiento de su libertad sindical y los derechos a la protección social.
  • Artífice de la democratización de la dirección CIOSL/ORIT, él en la búsqueda de una mayor unidad y cohesión sindical promovió la reforma de los estatutos para crear una organización que pasaba de ser vertical y centrada en el poder del Secretario General a una organización horizontal, participativa y deliberativa, de esa forma en el Congreso de Santo Domingo, se eligió por primera vez a un Secretariado, en el que se congregó la experiencia y pujanza de nuevos liderazgos regionales, habiéndose incorporado a Linda Chávez Tompson y Amanda Villatoro.
  • Constructor de la unidad en la acción y solidaridad entre la CIOSL/ORIT y las representaciones de los Secretariados Profesionales Internacionales ISP´s, (hoy denominados sindicatos globales) fue en Río Chico, Venezuela, en donde se suscribió el acuerdo, constituyéndose así en un hito sindical para la región.
  • Interlocutor político con presidentes y ministros del trabajo de los países de América Latina, con los máximos representantes de organismos internacionales como la OIT, el Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, Banco Interamericano, el Secretario General de la OEA y con personalidades internacionales como el Papa Juan Pablo II, Mijaíl Gorbachov, François Mitterrand y el Rey Juan Carlos de España, por solo señalar algunos de ellos.
  • Impulsor junto con los dirigentes de UGT y CCOO de España de las cumbres sindicales iberoamericanas, promotor de las cumbres sindicales de las américas y destacado participante de las cumbres sociales de los pueblos. Espacios en los cuales se logró avanzar en la política de alianzas y estimular su inclusión en la agenda sindican nacional e internacional.

Luis A. Anderson lideró el cambio del movimiento sindical, contribuyó a que tuviera una visión y práctica sociopolítica; logró una mayor inclusión de las mujeres y jóvenes; y, reforzó el rol de las organizaciones sindicales como actor de la democracia y la justicia social.

Anderson además de ser un trabajador infatigable, era también una persona que se daba el tiempo para convivir con sus colaboradores, como olvidar por ejemplo las reuniones de fin de año o las ocasiones en las que al final de las tardes de algunos viernes jugábamos dominó en donde el hacía gala de su habilidad matemática y predecía las jugadas de los demás y los dichos de él y Carlos Enrique Arias, expresión de la más pura cultura caribeña que se hacía presente. ¡Ah! y como olvidar la grata sorpresa de que algunas compañeras de la secretaria jugaban muy bien.

Varios de nosotros tuvimos la fortuna de convivir con su familia en su casa en la Cd. de México, Cuernavaca y Caracas. Tengo muy presente, que una vez, que realizamos una misión a la Cd. de Panamá nos llevó a comer pescado frito en una esquina del barrio de Chorrillo y pude ver como las personas lo reconocían y saludaban con mucho aprecio, a pesar de que hacía ya años que no vivía en su país.

Cuando la CIOSL/ORIT toma la decisión de trasladarse a la ciudad de Caracas, no continué trabajando ya para Luis, pero mantuvimos la comunicación; no puedo dejar de reconocer que el apoyo de Gerardo y Luis fueron muy importantes en el proceso de mi ingreso a la OIT en junio de 1997, desde donde retomamos la colaboración y apoyo, en tanto que, como Especialista en Educación Obrera, mi función era contribuir al fortalecimiento de las organizaciones sindicales regionales, en ese marco fueron múltiples los trabajos realizados con la CIOSL/ORIT, los SPI´s y de manera conjunta.

El sábado 15 de noviembre después de hacer un poco ejercicio, me quedé conversando con una colega de la Oficina de la OIT, quien me comentaba que yo viajaba mucho y le expresé mi admiración por el intenso trajín laboral de Luis y Gerardo, al llegar a casa recibí una llamada de Vicky, la esposa de Gerardo, lo cual era inusual, y él me dio la fatídica noticia del fallecimiento de nuestro Gran Hermano Indio, como solíamos decirnos.

La muerte sorprendió a Luis o quizá, mejor dicho, lo rescató del frenesí laboral en su oficina, en un solo instante ese sábado 15 de noviembre de 2003, se fue sin haber sufrido un deterioro en sus capacidades físicas e intelectuales, su partida me llenó de dolor y tristeza.

Gracias Luis por tu enseñanza, ejemplo y amistad imperecedera; gracias por incluirme en la red que tejiste con otros muchos grandes amigos y compañeros, con los que sigo gozando de su aprecio y apoyo.

Eduardo Rodríguez Calderón. México, septiembre de 2018.

[1] Entre los integrantes de su equipo estuvieron, por una parte: Gerardo Castillo, Luis Meneses, Julio Godio, Beethoven Herrera Valencia, David Mena, Carlos Arias, Fernando Serrano, Olga Hammar, Anna Nitoslawsca, Miguel Frohich, Rafael Araci, Ofelia Londoño, Maria Do Carmo, Alvaro Orsatti, Hilda Sánchez, Combertty Rodríguez, Katia Gil, Ernesto Marval, entre otros; y por la otra, dirigentes sindicales que integró a la conducción de la CIOSL/ORIT como Héctor Fajardo, Diego Olivares, Amanda Villatoro y Víctor Báez Mosqueira, éstos dos últimos continúan hoy como dirigentes de la CSA. La pluralidad del equipo fue siempre una de sus características y fortalezas, no exenta de debates y divergencias, pero siempre manteniendo la unidad del mando.

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